lunes, 24 de septiembre de 2012

PERENE PAÍS EN BONANZA…“¿Y LA CHEYENNE, ´APÁ?”




Por: José Ricardo Morales Sánchez Hidalgo

Muy gracioso era aquel comercial de TV que aún se recuerda y hasta se convirtió en dicho popular en el cual se publicita una camioneta y donde se ve a un señor que lleva a su hijo a un promontorio desde el cual se mira un verde y hermoso valle, lleno de riquezas naturales y cultivos.
El amigo muestra el entorno a su retoño y con seriedad, como el que quiere trascender en la historia, le dice al pequeño: “Hijo, algún día todo esto será tuyo”. Detrás de ellos hay una camionetona Cheyenne, perdón por el gol, negra, hermosa, refulgente y deseada. El chiquillo, haciendo caso omiso a las intenciones benefactoras de su padre, al dejarle aquel gran patrimonio que desde el otero observan, pregunta con toda ingenuidad y honradez: “¿y la Cheyenne, ´apá?”. El ladino mocoso, no recibe respuesta de su progenitor, quien insiste ya algo preocupado: “Hijo, algún día todo esto será tuyo”. El chaval como respuesta solo mira de reojo al vehículo de sus sueños, desdeñando el resto del mundo.
Así como este anuncio comercial, me parece que está el país. Los habitantes de nuestra nación, incluyéndonos usted y yo amables amigos, por décadas –por siglos, diría yo--, hemos venido oyendo de los gobernantes que vivimos en un país de Jauja; desde los decires de los hueytlatoanis aztecas, que viviendo entre el lujo y la magnificencia propia de un dios-emperador, hasta el Calderonato del buen Don Felipe, pasando por la diversas cortes imperiales como la del priato de los años pasados y el de Foximiliano y Martota; a lo largo de la historia, nos han hablado de México como el cuerno de la abundancia inagotable y del país de primer mundo con mentalidad y suerte de cuarta. Llámese como se llame el gobernante en turno, desde los ámbitos federales, estatales o municipales, en México somos todos ricos. Los mandatarios priistas antier, Fox ayer y Calderón hoy, nos dicen que algún día toda esa riqueza será nuestra. Desde alguna loma nuestros mandamases nos enseñan con el dedo, la riqueza de la cual podemos gozar los mexicanos: Pemex, CFE, turismo, bosques, mares, selvas, finanzas sanas, buena salud, magníficas escuelas, cultura a raudales; seremos, dicen sin rubor, la primera economía del mundo, creceremos hasta el 7% nos escupió en la cara el ranchero San Cristóbal y artista exclusivo de revistas popis.
“A pesar de las adversidades y los problemas, hoy México tiene un rumbo firme, un rumbo claro”, nos dice el presidente Calderón a todos los mexicanos que mientras tanto sufrimos las alzas de los productos de consumo diario, canasta básica y las erogaciones domésticas normales cada día más en las nubes.
Total, siempre, un país en bonanza, en la opulencia: “Hijo, algún día todo esto será tuyo” y nosotros volteamos hacia atrás y preguntamos: “¿y la Cheyenne, ´apá?”, solo que la famosa Cheyenne, es un montón de preguntas que no han sabido ser resueltas o debidamente contestadas por los altos jerarcas del gobierno: ¿qué pasó con las triquiñuelas de muchos, demasiados gobernadores y que pena les han asignado? ¿No es verdad que muchos de ellos viven gozando, con toda impunidad de los privilegios corruptos que les da como atributo el poder?
Existen y no hay manera de ocultarlos, ex presidentes de la República, gobernadores, líderes sindicales y otros que viven en la opulencia enormes ranchos, o monumentales mansiones mismos que debe valer millones de dólares, mientras ya 60 millones de mexicanos se debaten en la pobreza. ¿Por qué  Pemex, sigue siendo el botín de un puñado de privilegiados y no genera riqueza para todos? ¿Cómo es que todos los mexicanos resentimos todos los días una permanente crisis, económica, educativa y de valores, mientras los diputados y senadores ganan millonadas por decir mentiras y hacer barrabasadas de primer orden en la tribuna? ¿Hasta cuándo la criminalidad se bajará de su nube de impunidad donde habita y bajará a terrenos más justos, detrás de la barras de acero de la prisión? ¿Por qué tienen tanto poder personajes como aquella eterna sinvergüenza líder magisterial que tanto daño le ha hecho a la educación y en general al país? ¿De qué manera alguien nos puede explicar que estén cayendo decenas de cadáveres en muchos lugares de esta pobre nación? ¿Cómo un inicuo diputaducho local puede ganar hasta 100 mil pesos, mientras hay millones que sobreviven apenas con el salario mínimo de 50 pesos diarios? ¿Qué privilegio tienen los partidos políticos para recibir tanto dinero? Alguien que explique los inmensos gastos superfluos y de publicidad que gastan los gobernantes para tan solo decir falacias y prometernos que algún día todo será nuestro.
          Los que nos gobiernan deben entender que no nos interesa ser los dueños de Foxilandia, Calderonjauja o Nietópolis, queremos respuestas y acciones a hechos concretos. Queremos ver a muchos sinvergüenzas con placa o curul en la cárcel, quizá en el paredón y a los legisladores viviendo con el sueldo mínimo. Anhelamos ver diputados callados, partidos políticos desaparecidos y “mesías” sepultados. Por eso cuando nos dicen que México es un país de maravillas, nosotros nos preguntaremos: “¿y la Cheyenne, ´apá?”




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